martes, 31 de julio de 2007

“Quality is never an accident; it is always the result of high intention, sincere effort, intelligent direction and skillful execution”
William A. Foster

Curioso país en el que vivimos. Cuando pensamos que lo hemos visto todo y que nada nos sorprende, va uno y se encuentra con sujetos como el que hoy nos ocupa. Reconozco que cuando descubrí su existencia mi reacción fue de descolocamiento, similar al de muchos guiris ignorantes cuando se dan cuenta de que en Ejpaña hay sitios donde llueve, que mucha gente no duerme la siesta y que hay vida después del Real Madrid.

Rafael Ojeda (Sevilla, 1978), alias “Falete” –hay que reconocer que el apodo es ingenioso, teniendo en cuenta la virilidad del personaje-, debutó en el teatro Lope de Vega de Sevilla con 17 años, como miembro del grupo acompañante de La Chunga. Desde entonces ha ido ganándose el aplauso de público y crítica, creciendo en popularidad hasta convertirse en una de las voces de referencia del flamenco y la copla contemporánea. El lector curioso descubrirá, con una simple wikibúsqueda, que el cantante sevillano ha recorrido escenarios no sólo nacionales, sino plazas del pelo de Nueva York, Chicago o Tokyo. Ahí es nada.

Es cierto que su aspecto produce cierto repelús (un artista cuya pinta es un híbrido entre Rocío Jurado y Piraña de Verano Azul es difícil de ver), y el hecho de que su padrino sea Jesús Quintero –famoso por llevar a su programa a freaks de la más diversa calaña- no da mucha confianza. Pero todo cambia cuando uno le escucha cantar. Hagan la prueba.

En la España flamenca de los cantaores de pelo en pecho, en la de las parejas de toreros y folklóricas, en la del “o semos o no semos”, parece difícil dar cabida a personajes como el de la foto. Pues ahí está, y por algo será. Debe ser que la calidad musical supera a veces todas las barreras.

miércoles, 18 de julio de 2007

El Pulpo vuelve a estar saturado de trabajo en estas fechas prevacacionales, por eso ha faltado a su cita semanal.....

La semana que viene tampoco habrá blog, ya que tenemos un compromiso con nuestros fans de las islas griegas. Adjunto vídeo de uno de los chous del verano pasado.

Un abrazo


martes, 10 de julio de 2007

“The art of simplicity is a puzzle of complexity”
Doug Horton

No he encontrado ninguna relación entre el día de hoy y los Ramones. No se ha publicado ningún disco homenaje, ni se celebra ningún concierto de versiones, ni siquiera es el aniversario de la muerte de Dee Dee por sobredosis. Sin embargo, me apetecía escribir sobre ellos, y como el tiempo apremia –aunque siempre menos que mi jefa-, hoy toca un blog tan rápido como sus canciones.

Hace ya muchos años que descubrí a los Ramones, y aún muchos más que ellos empezaron sus andanzas musicales con conciertos en el legendario CBGB’s neoyorquino. Al principio me sorprendió que un grupo así pudiese llegar a ser una leyenda: malos instrumentistas y canciones extremadamente sencillas, con estructura cuadriculada y ausencia total de solos de guitarra o de cualquier otro instrumento (los propios Ramones reconocían que tuvieron que componer temas lo suficientemente simples como para poder tocarlos). No obstante, con el tiempo uno se da cuenta de su genialidad. En época de auge del rock sinfónico y de guitarristas dando mil notas por segundo, aparecieron estos muchachos con sus chupas de cuero, sus temas de tres acordes en un minuto y medio y, sobre todo, su energía sin límites en el escenario. Y resultó ser lo que la gente estaba esperando.

Nadie entonces podría imaginar una canción cuya letra rezase únicamente “I don’t wanna walk around with / so why do you wanna walk around with me?”. Sin embargo, la simplicidad de sus letras casi nunca estuvo exenta de humor: consiguieron que Sheena la reina de la jungla viajase a NY, bailaron en la playa y se atrevieron, como buenos punks, a atacar temas políticamente incorrectos, como la guerra de Vietnam (tremendas las líneas de su canción “Commando”: “First rule is: the laws of Germany/Second rule is: be nice to mommy/Third rule is: don’t talk to commies/Fourth rule is: eat kosher salamis”).....

Vaya desde el Jardín de hoy un recuerdo para una de las bandas más influyentes de la música moderna. Lo dicho, el tiempo apremia, y como una imagen vale más de mil palabras, os dejo con Joey y los suyos incitándoos a uniros al clan: “Gabba gabba we accept you, we accept you one of us!”

martes, 3 de julio de 2007

“Man as an individual is a genius. But men in the mass form the headless monster, a great, brutish idiot that goes where prodded”
Charles Chaplin

Están ahí, aunque no reparemos en ellas. Esperan pacientes su momento, para hacer nuestra noche menos soportable –o más insoportable, según se mire. Nos referimos a esas canciones odiosas que, por alguna extraña conjunción de los hados, han conseguido convertirse en las favoritas de las masas, las que todo el mundo baila (algunas tienen incluso coreografía propia, fenómeno que abordaremos en su momento), las que provocan la euforia en todo el mundo menos en freaks como el que escribe (a nosotros nos provoca una cara como la del personaje de la foto, que realmente significa “con lo bien que estaría yo en casita viendo la final del campeonato noreuropeo de snooker...”)

Alcanzar la categoría de canción odiosa es menos fácil de lo que parece, ya que de todo tiene que haber en la viña del Señor, y raro es el tema que unos gin tonics estratégicamente echados al coleto no puedan hacer atractivo. Aun así, hay temas que todo lo pueden. Algunas muestras:

- I will survive (Gloria Gaynor): Posiblemente, la número 1 del odio patológico. Es realmente escalofriante como un muy buen tema puede degenerar en un espectáculo de energúmenos moviendo las piernas de un lado para otro al estilo can can. Y lo grave es que lo disfrutan.
- Mr Jones (Counting Crows): No he conocido aún a alguien lo suficientemente freak como para conocer algún fragmento de la letra de este tema que no sea el “sha-la-la-la-la-la”. Resultado: 4 minutos 33 segundos de sufrimiento, mientras uno disimula que se lo pasa como en su vida. Dicho sea de paso, es claramente la peor canción del disco "August and everything after".
- La Bamba (Los Lobos): Rebuscando en mis archivos no he encontrado un tema en español más odioso. Imagino que para individuos e individuas naturales de Ohio o alrededores tiene su gracia, pero lo que es aquí.....
- Medley “You’re the one that I want/Summer nights” (B.S.O. Grease): Gran ejemplo del poder de las canciones odiosas, que consiguen derrotar hasta a mitos como Travolta. Dramático cuando menos.
- No rompas mi corazón (Coyote Dax): Tema especialmente indicado para asistentes a jardines de infancia, adultos con retrasos mentales agudos y concursantes de Gran Hermano. Coreografía propia incluida. Vamos, que no tiene desperdicio.

Y así podríamos seguir indefinidamente, recordando temas que hacen aflorar nuestro instinto asesino..... Lo sé, necesito vacaciones.

P.D. Mis más sinceros agradecimientos a The Fool on the Hill por sus valiosas aportaciones.