martes, 27 de febrero de 2007





“There is nothing like singing a song that 20,000 people know and are singing back to you”
Gary Cherone

Seguro que no le falta razón a Mr. Cherone (cantante de Xtreme, grupo altamente recomendable del que algún día hablaremos). Y como todo individuo tiene derecho a sus cinco minutos de gloria y sólo las estrellas tienen la oportunidad de experimentar la magia de cantar grandes éxitos ante una multitud, el resto de los mortales tenemos el karaoke.

Sus inventores japoneses decidieron utilizar este término, formado por la contracción de karano (“vacío”) y okesutora (“orquesta”), para designar a uno de los pasatiempos musicales más populares hoy en día, del cual el que escribe se confiesa devoto practicante.

Para aquellos que -inexplicablemente- no se hayan decidido aún a pisar el escenario karaokero, valgan unos consejos prácticos que seguro harán su experiencia más genuina:

  • Elección del sitio: Fundamental. Huyan de aquellos locales cuya pinta sea mínimamente elegante. El establecimiento elegido debe tener un aspecto híbrido entre un club de alterne y el bar de copas favorito de Torrente (vamos, como un club de alterne). Un aspecto esencial es que sus horarios sean intempestivos (debe abrir necesariamente las noches de los lunes y martes).
  • Videos: Otro aspecto básico. Un karaoke que se precie debe acompañar sus canciones con videos de aspecto casero, cuyo protagonista masculino debe ir inevitablemente enfundado en una cazadora de cuero con cremalleras estilo Chesney Hawkes.
  • Elección de la canción: Lo más importante de todo. Si está decidido a triunfar como Los Pecos (grupo de culto en el karaoke, by the way), asegúrese de lo siguiente:
    - Opte por temas en español: Es esencial para que su enfervorizada audiencia se entregue al máximo cantando con usted. Muy pocos clásicos extranjeros soportan la prueba del karaoke (“New York New York” es uno de ellos).
    - Huya de los éxitos actuales archiconocidos: No hay nada más aburrido para el karaoke que canciones como “Zapatillas”. Para eso ya está 40 TV.
    - Elija una canción difícil de cantar. Sus alaridos y gallos harán las delicias de sus amigos. Para este menester son inmejorables los temas de Nino Bravo (“Libre”, etc.).
    - En caso de duda, apueste por lo seguro. Hay canciones que parecen hechas para el karaoke, como “Juntos”, de Paloma San Basilio, o “Chas y aparezco a tu lado”, de Álex y Christina. Incluso existen artistas que garantizan el éxito en cualquier evento karaokero si se elige cualquiera de sus temas al azar: Miguel Bosé, David Bustamante, Marc Anthony, Ricky Martin, y tantos otros.
    - Si usted es un profesional curtido en mil batallas, podrá pasar al siguiente nivel, interpretando a clásicos de corte flamenco, como Falete o el grandísimo Manzanita. Pero esto ya es para nota.

    Pues hala, a disfrutar. Ya me contarán sus avances. En la foto, el Karaoke Khan de Tokyo, famoso por su aparición en la película “Lost in translation” (sí, la de Scarlett).

martes, 20 de febrero de 2007

“Second Life is the future right now, offering endless possibilities for artists”
Nick Rhodes (Duran Duran)

Nunca he sido un gran internauta. Es más, siendo un amante de la música como soy, me da casi vergüenza confesar que nunca he utilizado el Emule o algún programa similar. No obstante, sí despiertan mi curiosidad ciertas novedades que de cuando en cuando aparecen en el mundo virtual de Internet. Una de ellas es el juego Second Life.

Ideado por el ahora millonario Philip Linden, Second Life (
www.secondlife.com) es una especie de híbrido entre chat y juego de rol; aquí no se trata de conseguir el tesoro o acabar con los malos, sino simplemente de que el personaje (“avatar”) creado por cada jugador “viva” en el mundo Second Life. En él podrá interactuar con otros residentes –el juego tiene una media de 20.000 jugadores diarios-, viajar, cambiar de aspecto, ligar e incluso comprarse una casa (en este mundo virtual existe hasta la especulación inmobiliaria).

Y por supuesto, también hay música en Second Life. Gracias al tratamiento avanzado de los archivos de música que permite la tecnología actual, en Second Life existen clubs de jazz, discotecas e incluso actuaciones en directo de grupos como U2. Sí, han leído bien. Un grupo anónimo de personas ha creado 4 avatares que recrean a los músicos irlandeses, y han sido capaces de montar conciertos ciertamente espectaculares (en la imagen pueden ver al The Edge virtual dándolo todo en uno de ellos; para más información puede consultarse el sitio
www.u2insl.com).

De seguir experimentando el crecimiento actual, Second Life podría convertirse en una nueva plataforma desde la cual los artistas tendrían la capacidad de difundir, comercializar y promocionar su música. Pero qué quieren que les diga, a mí me va más lo de los artistas de carne y hueso. No sé yo si tendrá razón el Sr. Rhodes, pero lo indudable es que, como diría Don Hilarión en la Verbena de la Paloma, “hoy los tiempos adelantan que es una barbaridad”...