“When I’m on stage, I’m trying to do one thing: bring people joy”
James Brown
Hay conciertos y conciertos. Desde los más pequeños, en clubs donde la audiencia se preocupa más de las copas y los panchitos –cacahuetes para los no residentes en Madrid- que del guitarrista de turno, hasta los grandes espectáculos que llenan estadios de fútbol o plazas de toros. Yo empecé yendo a todos los que podía, y todos me parecían en algún modo atractivos. Sin embargo, llegó un momento (posiblemente el mismo momento en el que me di cuenta de que en los bares había mucho humo y mucho ruido) en que empecé a verlos de otra manera.
Quizá me volví más exigente (o más raro, según se mire). Pero lo cierto es que, hoy en día, los conciertos que me parecen realmente buenos no son, ni mucho menos, la mayoría. Supongo que no es fácil reunir en un mismo evento calidad sonora, técnica instrumental decente y, sobre todo, capacidad de conexión con el público y habilidad para lograr que los temas en directo enganchen a quien los escucha, con independencia de su complejidad en la versión de estudio. Ahora bien, un gran grupo tiene necesariamente que ser grande en directo.
Mirando atrás, me vienen a la mente grandes citas a las que he tenido la suerte de asistir (no digo los años, pero algo ha llovido desde entonces):
- The Cure (Playa de Riazor, La Coruña): A un lado, el mar; a otro, el magnífico paseo marítimo de Riazor; en el centro, Robert Smith y los suyos haciendo mágica una noche de agosto. ¿Se puede pedir más?
- Ramones (Plaza de Toros, Oviedo): De los pocos conciertos que he visto que han empezado a la hora en punto. Aunque ya algo talludos, los neoyorquinos hicieron saltar a Oviedo con sus clásicos de rock’n’roll sin complejos. Algo tendrían. No es sencillo convertirse en una leyenda con tres acordes mal tocados.
- Morcheeba (La Riviera, Madrid): Finísima sección rítmica y un buen guitarrista (aunque no tanto como él piensa); todo eclipsado por una espectacular Skye.
- Paul McCartney (Estadio de La Peineta, Madrid): No soy objetivo, lo sé. Pero es de lo mejor que he visto y veré nunca.
- Phil Collins (Estadio José Alvalade, Lisboa): Pese al odio que le profesa el gafapastismo mundial, la potencia y calidad en directo de su banda están al alcance de muy pocos.
- Siniestro Total (Playa de Riazor, La Coruña): Es lo que tiene ser un mito. Puede uno mofarse de La Coruña delante de 50.000 coruñeses y recibir risas y aplausos a cambio.
Muchas veces pienso que cada vez me gustan menos los conciertos. Así, como suena. Menos mal que aún hoy sigue habiendo ocasiones felices que me hacen dudar –y mucho- sobre esta afirmación.
martes, 29 de mayo de 2007
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17 comentarios:
Antes de escribir la biblia y que no me deje suscribir hago un aprueba, luego si eso os cuento que opino...
Prueba superada
Pues sí que me deja...
Os cuento pues, estoy tatalmente de acuerdo con Rocky en cuanto que ya no todos los conciertos me gustan, pero sin embargo, esos en un bar, con mal sonido... tienen un encanto especial!! Y si no son grandes los que tocan, por sus directos deberían serlo mucho antes que otros.. lo digo porque he estado en alguno en el Calderón... que me quedo con El Otro!!
Me apunto a lo de Feita. A mí las multitudes nunca me han gustado, supongo que por eso los conciertos a lo grande no son lo mío. Prefiero el ambiente más reducido de un bar o, sencillamente, una guitarrada con los amigos. Aunque, por supuesto, algunos conciertos "de verdad" son increibles, a mí lo que me gusta de la música es disfrutarla en buena compañía, y para eso no necesito a ningún figura, me quedo con los vados y, sobre todo, con mi primo Pedro (es mi autocantor preferido).
He tenido el placer de asistir a tres de los seis conciertos que mencionas, y fueron sensacionales.
Y ahora me toca a mí no ser imparcial, je, je:
- Toto (La Riviera, Madrid, 2006). Se me pusieron como ejcarpias (en La Riviera se habla asín).
- Secretos + Limones + Bonitos del Norte (Pabellón Punta Arnela, Ferrol, año inconfesable). Mi primer concierto multitudinario, de mis ídolos (todos ellos).
- Danza Invisible (Parque Reina Sofía, Ferrol, 2004??). Un cañón de grupo. Buenísimos.
Imperdonable olvido:
Elvis Costello (Pabellón As Travesas, Vigo, 2005). Tremendo. Imborrable.
Deep Purple, Coliseo de La Coruña (1996)
Los Rebeldes, Estadio ¡MANUEL RIVERA! (Ojito con el año...!)
Y, por supuesto, los ya mencionados Phil, Paul y Danza Invisible.
Entre lo de concierto grande o pequeño, cada cual tiene su encanto. Pero he de admitir que últimamente, me tiran más los grandes que suenen bien y tengan caña bien hecha (no confundir con volumen o ruido...). Estoy un poco hasta los huevos de los unplugged.
Xicómano, y lo de Santana en Marsella rodeado de brasileñas y holandesas se te ha olvidado ya?
Eso si que fué Mitical Spanish...
Creo que deberías confesar el mítico concierto de Bisbal al que acusdiste en tu tierra y en el que dicen las malas lenguas que diste piruetas como si no hubiera mañana...
Una mala tarde la tiene cualquiera........
Es cierto, sobran los dedos de la mano para contar los buenos conciertos, esos conciertos que captan tu atención de principio a fin... como el de Homero Manzi!
Besote.
Es cierto, Par de Bolas, lo de Santana (cuando aún no se prostituía con Maná y la mierda esa del "corazón espichado...")estuvo de collóns. De las brasileñas y holandesas..., no me acuerdo...(¿no?)
Hombre, malos días... haberlos hailos. Yo fui a ver a David Civera, y me lo pasé como una auténtica india. Y con Danza Invisible y con Ariel Roth... ¿Nadie se acuerda de "Adiós Logroño"? Hace mucho tiempo, en una galaxia muy ¿Mecana?
A muy pocos conciertos rock he ido yo. Y casi todos a pequeña escala.
Pero he disfrutado muchísimo en unos homenajes a los Beatles en cierto pub local. Muchísimo. Así que vaya aquí mi público agradecimiento.
Si el paciente público que nos soporta da las gracias, nosotros deberíamos haceros un monumento. No olvides que cualquiera puede tocar en casa o ensayar con sus camaradas, pero lo que da la magia a un concierto es el público, y sin gente dispuesta a ir a conciertos esta historia que tanto nos llena ni siquiera habría comenzado.
Para conciertos el de ayer en el Montón, tanto en la versión "clásicos populares" como en la versión "rock hispano & otros". Y si además se riega con sangría, cerveza y licores mejor.
Lo mejor sin duda: la canción de moda:
PACO MONTERO
AC/DC. Las Ventas, año 1996. No lo olvidaré en mi vida.Impresionante, genial. Reconozco que voy poco a conciertos, pero en general salgo muy contento. Excepto uno de Avril Lavinge que fui de canguro de mi cuñada, y la vacilada que me pegaron los Rolling en Zaragoza, del resto por una cosa u otra, tengo buen recuerdo. Mi primer concierto, allá por el año 1990 de Status Quo, qué gran recuerdo, Loquillo, Rosendo, Extremoduro, el gran Mike Rivers (más de tres horas de Concierto), Siniestro y un gran concierto de Camela en la plaza del 2 de Mayo...
Y para llevar la contraria, me gustan también los multitudinarios y los disfruto muy bien solo si no hay compañía...
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