
Christopher Cross
En el ámbito de la música actual más o menos “elaborada” (me refiero con este término a aquellos artistas con ambiciones superiores a la de convertirse en el nº 1 de politonos de móvil), uno de los aspectos que me resultan más curiosos es la existencia de ciertos iconos, positivos o negativos, de los que es difícil moverse si no quieres que la gente te mire con cara rara por encima de sus gafas de pasta. De este modo, con independencia de que te molen The Shins o seas un detractor de Los Planetas (bienvenido al club en ese caso), hay cosas que no se pueden tocar. Me ejplico: por el artículo 33 del Código Civil Gafapastil, cualquier persona física que cometa infracciones de distinta naturaleza, entre las que se tipifican reconocer su debilidad por los Backstreet Boys o aseverar que Neil Young aburre a las ovejas, será automáticamente incluido en la clasificación de los ignorantes con criterio despreciable, por utilizar un término suave.
Yo personalmente paso de esas vainas, y desde mi ignorancia me gusta y me disgusta la música en su conjunto, sin prejuicios. Así, como buen gallego, lo mismo te digo una cosa que te digo la otra. Lo mismo defiendo que el guitarrista de Hombres G toca bastante mejor que Keith Richards, que me preocupo por la salud mental de alguien capaz de escuchar 3 LPs seguidos de Leonard Cohen sin darse cabezazos contra la pared.
Uno de esos iconos intocables es el señor Robert Allen Zimmerman, más conocido en los ambientes como Bob Dylan. Durante su larguísima trayectoria –a mi juicio ya demasiado larga-, Dylan se ha convertido en uno de esos rarísimos artistas capaces de contar con el reconocimiento unánime de crítica y público (siempre que leo o digo algo así me acuerdo del chiste de Faemino y Cansado: “doctor, no sé que me pasa; soy crítico de cine y me gustan las mismas películas que a todo el mundo…..”). La obra del músico-escritor de Minnesota ha sido alabada en los cinco continentes, recibiendo innumerables galardones internacionales.
En mi opinión, premios aparte, Bob Dylan es uno de esos artistas difíciles de valorar sin considerar su momento y su entorno. Qué quieren que les diga, a mí me da cierta pereza. Pero existen dos razones por las cuales lo respeto al máximo. La primera es la influencia contrastable que ha tenido en grandísimas bandas a lo largo de la historia; la segunda, quizá la más curiosa, es que hay temas de Dylan aparentemente “normalillos” que se han convertido en extraordinarios al ser versionados por otros artistas. A continuación menciono algunos que me gustan especialmente:
“Mr. Tambourine Man” (The Byrds): Una de las muchas versiones de Dylan grabadas por el grupo californiano, que incorpora la marca inconfundible de la casa: sus grandiosas armonías vocales. Sobre “Tambourine”, declararon que era una canción “absolutamente perfecta para cantar a cuatro voces”.
“All along the watchtower” (U2): Versión tan simple como contundente grabada en directo en la gira de “Rattle and Hum”. El momento en la película es bastante divertido, ya que muestra al grupo “improvisando” de manera exagerada (Bono y The Edge mirándose el tono de la canción 5 minutos antes de salir al escenario, y preguntando si alguien les puede escribir la letra en un papel…).
“Knocking on heaven’s door” (Eric Clapton): Si como yo estáis hasta los apéndices nasales de la versión de Guns’n’Roses, escuchad la versión reggae de Clapton y os daréis un merecido respiro.
“I shall be released” (The Secret Policemen): Excelente versión en directo de este grupo ocasional formado para un concierto en beneficio de Amnistía Internacional. Sting y sus coleguillas gustándose.
“I’ll be your baby tonight” (Norah Jones): Gran calidad vocal y buen gusto a raudales. Norah Jones, en definitiva.
El Pulpo recuerda hoy a Dylan como máximo exponente de la importancia que la materia prima de calidad tiene en esa fábrica de emociones que es la música. Sinceramente agradecido, Mr. Zimmerman.
8 comentarios:
Hola Don Miguel!
La verdad es que hoy estoy completamente de acuerdo contigo. A mí este señor también me aburre un poquillo, pero es cierto que sus temas son archiconocidos, aunque sea por las versiones de otros. En mi aboluta ignorancia, he de reconocer que me ha sorprendido muchas veces saber que esas versiones que me encantaban eran eso, versiones de Dylan, al que no tengo la costumbre, ni la paciencia, de escuchar.
Entre mis prefes están las de Peter, Paul and Mary ¡como no! que con mucha sencillez (básicamente, dos guitarras y tres voces nada extraordinarias)han hecho "suyas" unas cuantas, aparte de la clásica Blowin' in the wind.
Por cierto, a mí hay canciones de los "backes" que me encantan... ¡a la hoguera conmigo!!!!
Un beso, Titi
Totalmente de acuerdo con el comentario de hoy. Siempre me saca de quicio el típico comentario del pseudo-entendido de turno sobre si esta música es tal o esta música es cual… como si su opinión musical tuviese mas peso que el de cualquier otra persona solo pq escucha “gafapastismo” por poner un ejemplo. El otro día pase delante de un garito donde ponían música en directo… al ver que había bastante gente pregunte que quien iba a tocar…. tonto de mi que cuando me contestaron que en vez de asentar con la cabeza se me ocurrió decir que nos lo conocía…. la reacción del personal fue bastante graciosa… me llamaron poco menos que analfabeto…. Por cierto, se sale la foto… ;o)) Chinolá
Totalmente de acuerdo, pulpo. A Dylan solo lo soporto en boca de otros. Sin embargo su música tiene algo que los grandes artistas ven y que hace que sea una reconocida influencia y uno de los mas versionados de todos los tiempos. La pega que le veo es que las versiones SIEMPRE me han parecido mejores que las originales, y con Dylan es con el único con el que me pasa por sistema. Otra perla, versionadísima (la de los Byrds es insuperable), y que por Dylan me parece una canción mediocre es "My back pages". Ahí va para quien pueda interesar en un directo imprescindible.
http://www.youtube.com/watch?v=4bUch5dveX0
A mi me resulta cansino. Y a algunas de sus canciones les daría moratoria... que suenan demasiado (a mi gusto).
Mientras tarareo un temazo (Everybody, yeah, rock your body, yeah-yeah), afirmo, contundente, que tengo la costumbre de no hacer mucho caso a los clarividentes que sentencian usando estructuras copulativas (ej, BSB son una mierda). Ni siquiera cuando la sentencia es sobre música.
Pues yo soy de las que escuchan a Leonard Cohen sin darse cabezazos en la pared... pero lo mío a estas alturas no tiene arreglo. Hablando de versiones de gente sesuda y algo pesadilla: en el disco de la peli sobre Leonard Cohen "I´m your man" hay unas versiones alucinantes de esta otra "vaca sagrada" que a veces resulta cansina. E incluso hay un homenaje en español con gente como Auserón o la Rosenvinge que tampoco está nada mal, lo recomiendo a quien no le dé grima el canadiense-budista.
Cierto es que las canciones de Dylan, con más estrofas de lo normal en cualquier canción soportable y ese soniquete nasal a veces se hacen cargantes, pero buen material debe de haber cuando siempre suenan bien en boca de otros.
Hasta otra, Migueliño! No dejes de escribir de música, que me encanta leerte.
Pues a mí me gusta Bob Dylan, aunque confieso que poco más he escuchado suyo que los grandes éxitos de toda la vida.
De hecho, las versiones de sus canciones de los demás me suelen parecer, por comparación, descafeinadas, edulcoradas.
Ah, hablé con The fool on the hill y me dijo que él también pensaba lo mismo, pero que aquí no lo decía porque erais un poco así... ya sabes...
Para cuando una nueva entrada en el blog??? 1 abrazo !!!!
(Fran)
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