martes, 24 de abril de 2007



“Un trono es sólo un banco cubierto de terciopelo”
Napoleón Bonaparte


Se veía venir. Este verano volveremos a contar con la inevitable visita de los Rolling Stones, cuya gira hará escala en Madrid, Barcelona, San Sebastián y El Ejido (aquí tienen una prueba los que no se crean que este último municipio es uno de los que tiene mayor renta per capita de Europa).

En conciertos no aptos para pobres (las entradas tienen un módico precio que oscila entre los 65 y 185 euros), los españolitos tendremos un año más la oportunidad de contemplar en directo a los morritos más famosos de la historia del rock. Eso sí, se equivocaron quienes pensaban que las entradas se agotarían en cuestión de minutos. Aunque el ritmo de venta es bueno, hay serias dudas de que los conciertos se llenen como en otras giras.

¿Cuál puede ser la razón? En mi opinión, es muy sencilla: No se puede vivir de rentas eternamente. ¿Cuántas personas habrán escuchado el álbum “A bigger bang”, que en teoría es el motivo de la gira de los Stones? Seguro que pocas. Y llega un momento en que la gente no está dispuesta a pagar precios de ópera (las comparaciones son odiosas, lo sé) para ver otra vez a Mr. Jagger y compañía contoneándose al ritmo de “Satisfaction”.

Situación bastante triste para un grupo que lo ha sido todo en la historia de la música. Pero cuando ya no se van a cumplir los sesenta y se tienen unas patas de gallo como las de la foto, no puede ir uno por el mundo vestido de novio hippie de la chica de “Cuéntame”, ni subirse a cocoteros para hacer la gracia –o para que sirva como excusa de algo peor. Las únicas opciones son una evolución razonable o una retirada a tiempo (no pondré ejemplos para que no se me vea el plumero).

En resumen, parece que el banco del trono de sus Satánicas Majestades empieza a resquebrajarse. Y no parece que pueda arreglarse simplemente cubriéndolo con terciopelo.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Me decepcionaron en Zaragoza en el 2002 creo, así que ahora...
Sinceramente viven de rentas, no transmiten en el escenario, y tocar Satisfaction con metales acompañando manda güevos...

Portarosa dijo...

El dinero no atiende a razones. E incluso pueda tener que ver todo esto con una incapacidad manifiesta para aceptar que el gran momento de uno ya pasó; y no el momento musical, sino el vital.
El resultado es así de patético.

Que conste (y espero no estar golpeando bajo) que creo que, salvando las distancias, hay otro por ahí, también británico (de donde el pájaro Liver), también ex-todo, y también de sesenta y tantos, que tenía que haber aceptado hace muchos años dos cosas: que su momento ya pasó, y, lo que es peor, que él era uno de los elementos de una sinergia (y ya se sabe qué pasa con los elementos de las sinergias por sí solos).

Un abrazo.

Anónimo dijo...

¿Será mejor morir joven? Aunque viendo las fotos no sé si será mejor nacer viejo...

Anónimo dijo...

A mí personalmente el sinérgico de Liverpool me puso "los pelos como ejcarpias" (parafraseando a Belén Esteban) hace apenas un par de añitos. ¿Me hubiera gustado nacer treinta años antes para poder haber visto a The Beatles? Pues claro, pero sinceramente Macca hoy por hoy ofrece un espectáculo sensacional (sobre todo para los nostálgicos como yo) y se merienda a los Rolling sin despeinarse.
Evidentemente ni a McCartney ni a los Rolling se les puede pedir una trayectoria ascendente en su carrera, ni a Clapton, ni a Knopfler, ni a Phil Collins... pero CASI TODOS ellos sustentan sus actuaciones de hoy en una categoría musical altísima y un repertorio sensacional, sin ser necesaria una espectacular puesta en escena, ni posturitas y alardes físicos de veinteañero. Al menos McCartney, Clapton, Knopfler y Collins no lo necesitan, porque su música lo sostiene todo. A la música de los Rolling hay que "sostenerla". No es por tocar las narices con comparaciones odiosas, pero imagínense dentro de 20 años a Madonna en un escenario cantando "Like a prayer". Muy poco iba a sostener...

Anónimo dijo...

Aunque no soy ningún fan de los Rolling, solo recordar que, aparte de los conciertos en España, tocarán el 25 de junio en el estadio de Alvalade de Lisboa.
Por experiencia, algunos sabemos que es una muy buena altenativa para ver esta clase de conciertos. (¡Que recuerdos ese concierto de Phil Collins en ese mismo estadio en el 2004...!)

Rocky Racoon dijo...

Como no tengo tiempo, contesto muy rápido:

1: Porto, no te falta razón en lo que dices, pero creo que no son comparables los espectáculos de grupo con los de uno de sus componentes en solitario. McCartney nunca alcanzará en solitario la altura de los Beatles, pero al menos ha sido capaz de hacer grabaciones cuando menos dignas, y sus conciertos siguen teniendo un nivel altísimo. En cualquier caso, me ha gustado tu comentario generador de debate. Una pena que no tenga más tiempo, pero ya comentaremos en persona la próxima vez que vaya al Señorío de Portorosa.
2: Jose, no me engañes. A ti lo que más te gustó del Alvalade fueron dos cosas: los repartidores de cerveza a presión y la portuguesita con la que te bailaste "One more night".... :-)

Un abrazo

Portarosa dijo...

Acepto la enmienda del Loco de la colina. Y la de Rocky. Vosotros habéis ido a conciertos (yo sólo lo he visto en la tele... y en YouTube), así que tenéis más elementos de juicio.

No obstante, siempre me produce una sensación parecida a la pena ver a alguien cantando sus éxitos de hace 40 años. En esas pocas imágenes que he visto de Paul, yo la impresión (completamente subjetiva y más que discutible) que me llevo no es la de un (gran) músico actuando, sino la de alguien tratando de ser lo que fue; y cuando uno ha sido taaaaaaanto, la trayectoria no es que no pueda ser ascendente (desde luego, es así), sino que ¿no debería haber terminado hace tiempo?

En cualquier caso, si vosotros decís que un concierto suyo vale la pena, no hay mucho más que hablar: bienvenidos sean.

Pero, ya que estamos, aprovecho para preguntaros una cosa a vosotros, beatleómanos declarados: no sé qué opináis exactamente de la música de McCartney en solitario (y no vale Yesterday, ¿eh?); a mí, al margen de algunos temas sueltos (que tampoco es que me parezcan sensacionales), me parece mediocre, normalilla. En caso de que estéis de acuerdo, ¿cómo creéis que se llevará eso?, ¿será él consciente de que nunca pudo igualar lo de los dos?, ¿lo aceptará?

Un placer. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Cuando fuí al concierto de McCartney sabía dos cosas: que todas las canciones me iban a gustar, y que se iba a dejar en el olvido al menos 30 canciones más que me hubiese gustado escuchar.
McCartney es sin duda el artista con mejor repertorio de la historia de la música moderna. Su gira de hace dos años fué la más "Beatle" que hizo en mucho tiempo, y por un lado me alegré de poder escuchar la música de mis adorados "Beatles", pero a cambio de irme a casa sin escuchar "No more lonely nights" y otras tantas grandes canciones que tiene en solitario.
Te puedes imaginar el nivel del repertorio que disfrutamos, pero la verdadera dimensión de lo que acababa de ver me vino al comentar las ocho o diez canciones imprescindibles que nos dimos cuenta que no había tocado. Si pones por orden tus 60 canciones favoritas de Paul con los Beatles o en solitario verás que de la 50 a la 60 son increíblemente buenas, y esa prueba pocos artistas la superan (por no decir ninguno).
En cuanto a la conveniencia de que alguien que lo fué todo siga en los escenarios a esas edades y sin aportar nada destacado los últimos tiempos, siempre va a ser opinable. Desde luego el estado de forma en el que llegó fué sensacional, muchísimo mejor que muchos artistas de treinta años de hoy. Si lo vieras bordar "Helter Skelter" tras dos horas de concierto pensarías que un fuera de serie así no debería bajarse nunca de un escenario. Que por cierto es lo que yo pienso. Un saludo.

Portarosa dijo...

Perfectamente. Me quedo convencido.

Bueno, un pero, queriendo ejercer de psicólogo: más allá de que pueda y deba seguir tocando, me parece también indudable que debe ser consciente de que ya nunca ha sido lo que fue, y hablo de su faceta como compositor (la comparación entre lo compuesto en 10 años y lo escrito en los 40 siguientes no deja lugar a dudas, por mucho que tenga algunos temas buenos de su etapa en solitario); así que eso tiene que ser difícil de aceptar, ¿no?, y más en la medida en que relacione su creatividad de entonces con la presencia de Lennon (y viceversa, que conste). Tiene que ser difícil de aceptar. En realidad, me parece que haber sido un Beatle tiene que ser, paradójicamente, difícil de llevar (salvo por los millones); es casi como si sólo pudieses ir a menos, y todo el mundo estuviese recordándotelo.
En fin, tampoco me hagáis mucho caso; obsesionado con el paso del tiempo y las miradas atrás que está uno...

Gracias, y un abrazo.

Anónimo dijo...

Pues quizá sea un peso simplemente imposible de llevar. La vida de los Beatles cuando el grupo estaba recién disuelto no fué nada fácil para ninguno: crisis creativas y personales, y la cuenta corriente boyante. Para que luego digan lo mucho que importa el dinero, que a partir de cierta cantidad no sirve absolutamente para nada (para nada bueno).
Creo que en cualquier faceta de la vida que te puedas imaginar y para cualquiera tiene que ser durísimo: tener veinticinco años y ser consciente de que nada va a ser lo mismo, que tu mejor tiempo ya pasó, vivir esa pequeña o gran frustración, sentirte empequeñecido cuando para los demás sigues siendo un semidios y esperan tu próxima maravilla que quizá nunca llegue...